Hace poco tuvimos el placer de participar en una charla dirigida a futuros graduados en ciencias del deporte, con el objetivo de mostrarles diferentes salidas profesionales dentro de nuestro ámbito de actuación. El IPEFC – Ejercicio y Cáncer fue un ejemplo de como el ejercicio se puede (y se debe) aplicar en el ámbito de la salud para mejorar la vida de las personas.
De la misma salimos encantados, pero con una duda ¿Por qué no aplicamos el mismo nivel de rigurosidad en todos nuestros ámbitos de trabajo? Pongamos un ejemplo para entenderlo. Pregunta para la ponente relacionada con con el alto rendimiento deportivo: ¿Cómo trabajáis las diferentes manifestaciones de la fuerza para que impliquen adaptaciones positivas y no molestias en los partidos de competición?…por dentro ya intuíamos lo que pasaría después «bien, bien; ahora nos preguntaran que como mejoramos la fuerza de las personas con cáncer sin que lleguen muy fatigadas a su sesión de quimio, fantástico»…Pregunta para nosotros: Es estupendo que consigáis que estas personas hagan deporte, ¿además trabajáis con nutricionistas?…#@~¬##@€#@¬ (mejor no traducirlo).
En nuestra intervención expusimos tres ideas absolutamente necesarias: especialización del profesional, «no todo vale» y «un poquito no sirve». Referente a la última, es muy curioso observar como analizamos al milímetro circunstancias relacionadas con el alto rendimiento en el deporte, como las cargas de trabajo, el descanso, la interrelación entre tipos de ejercicio, etc…es curioso como empleamos geolocalizadores, acelerómetros, softwares, etc…es muy curioso que el la organización del ejercicio sea infinitamente más rigurosa y meticulosa para llegar antes a alcanzar una pelota que para mejorar la vida de una persona.
Estamos orgullosos de nuestros compañeros que trabajan en el alto rendimiento deportivo. De forma análoga, estamos maravillados con la precisión con la que una oncóloga radioterápica decide la dosis de radio; encantados con la capacidad de los oncólogos médicos para determinar el tipo de quimio, la cantidad y la frecuencia de aplicación para ayudar a los pacientes. Estas personas preparan a sus pacientes para la competición mas importante de sus vidas. ¿Por qué esperar menos de nosotros?
Enfoquémoslo de la siguiente manera, ¿por qué no?, planteemos ser ENTRENADORES y ENTRENADORAS PARA EL ALTO RENDIMIENTO DE LA SALUD DE LAS PERSONAS.