Desde 2012 en muchas de nuestras intervenciones en charlas o cursos el IPEFC comenzó a describir una situación aparentemente contradictoria cuando relacionamos los términos de actividad física y cáncer, LA PARADOJA DEL SUPERVIVIENTE DE CÁNCER. Según la RAE, paradoja en su segunda acepción implica un hecho o expresión aparentemente contrarios a la lógica. El hecho de que las recomendaciones de actividad física para supervivientes de cáncer sean igual o mayores a las de la población general (1,2), resulta cuanto menos contradictorio dado que la tolerancia al ejercicio de los supervivientes en inferior a la de población general (3). Podríamos describir esta situación de una forma simple:
Quién mas necesita realizar actividad física, es quien menos capacidad y tolerancia a la misma tiene

Es evidente que el estado inicial en el momento del diagnóstico determinará la capacidad para alcanzar las recomendaciones o no. Del mismo modo el deterioro funcional provocado por los tratamientos y la propia enfermedad determinaran la capacidad para seguir logrando los niveles adecuados. En general, la mayoría de los pacientes de cáncer manifiestan esta intolerancia inicial, o poco después de iniciar su tratamiento (3). Antes o después sufren un deterioro de las variables condicionantes de la respuesta condicional. La función cardiorespiratoria, vascular o esquelética se verá afectada en mayor o menor medida a largo del proceso.
Este hecho es relevante dado que la capacidad de diseñar una dosis adecuada de ejercicio físico, que genere una respuesta ajustada a la capacidad condicional en cada momento es la única opción de revertir dicha intolerancia (3).
¿Qué sentido tiene por tanto definir un umbral mínimo de actividad cuando la mayoría de las personas con cáncer no podrán alcanzarlo?. De forma brillante Beaudry et al (3) muestran que el estado condicional en esta situación vendrá determinado por una serie de variables moduladoras del mismo (por ejemplo la quimioterapia). Este estado y condición determina la posible dosis a realizar, pero el efecto de una dosis de ejercicio bien diseñada (la respuesta) influye y modula el estado condicional de forma positiva. Este hecho es el que se establece determinante y el principal motivo por el que una persona, realizando actividad física por si sola, por mucho que lo intente, no podrá lograr.
No hay ejercicio sin especialista de ejercicio con la capacidad de determinar el estado condicional y diseñar una dosis efectiva que revierta la intolerancia al ejercicio, por medio de la mejora de cada una de las variables moduladoras que se están manifestando en cada momento del continuo de la enfermedad.
Manuel Martín.
Equipo IPEFC
1. Campbell KL, Winters-Stone KM, Wiskemann J, May AM, Schwartz AL, Courneya KS, et al. Exercise Guidelines for Cancer Survivors: Consensus Statement from International Multidisciplinary Roundtable. Med Sci Sports Exerc. noviembre de 2019;51(11):2375.
2. Courneya KS. Exercise guidelines for cancer survivors: are fitness and quality-of-life benefits enough to change practice? Curr Oncol Tor Ont. febrero de 2017;24(1):8-9.
3. Beaudry RI, Kirkham AA, Thompson RB, Grenier JG, Mackey JR, Haykowsky MJ. Exercise Intolerance in Anthracycline-Treated Breast Cancer Survivors: The Role of Skeletal Muscle Bioenergetics, Oxygenation, and Composition. The Oncologist. mayo de 2020;25(5):e852-60.